Inspirar y Sorprender

Las nuevas generaciones han provocado cambios definitivos en el enfoque de las entrevistas laborales
Por Mariana Ansaldi

Pensamiento ISTEEC #1
Publicado el 1/4/2022 - Año 1 - Abril de 2022 

Los Millennial (Y) -nacido/as entre el 1982 y 1994- y Centennial (Z) -nacido/as después del 1994- conforman hoy más del 50% de la fuerza laboral. Ellos llegan a las entrevistas con innumerables preguntas, sobreinformados y superados de expectativas sobre la organización y el puesto.
Ante este escenario, las y los gestores de recursos humanos nos vemos obligadas/os al desafío de modificar viejas recetas, y ampliar nuestra mirada hacia un estilo de comunicación más consciente, logrando así conectarnos e inferir competencias desde el vínculo que logremos en la entrevista para generar acuerdos exitosos para nuestras organizaciones.

En la formación tradicional de quienes nos dedicamos a los RRHH, nos entrenaron para hacer preguntas clásicas. Una de ellas ¿Cómo te ves en cinco años? Imaginemos esa respuesta teniendo en cuenta a estas generaciones que no tienen en mente cuánto tiempo podrán permanecer, pero que sí tienen claro que, si un lugar no los hace felices, no se quedarán. La pelota está en nuestra cancha, ¿Qué podemos hacer para que se queden en nuestra organización cinco años?

Otra pregunta clásica es ¿Qué te motiva? Seguramente recibiremos respuestas incómodas e información que no podremos sistematizar como puntos a favor de la selección. Debemos comprender que a estas generaciones las motiva el aprendizaje y desarrollo personal; la flexibilidad y autonomía laboral; el liderazgo inspirador; la generación de confianza; la libre expresión de ideas; acciones de RSC (responsabilidad social corporativa) interna y externa; la escucha activa y permanente por parte de los líderes; la diversidad e inclusión; el apoyo y acompañamiento; la salud mental, entre otras.

El entrevistador pasa al rol de entrevistado. Repito, la pelota en nuestra cancha, ¿Qué les ofrecemos para que se queden en nuestras organizaciones? La clásica pregunta ¿Qué te hace diferente a otros candidatos? se vuelve casi incomprensible para las nuevas generaciones, ya que con una mirada holística, comprenden las múltiples capacidades de una manera natural, y creen en el trabajo colaborativo como algo innato y de fácil configuración en sus formas de percibir las organizaciones. Destaco lo anacrónico de la pregunta ¿Qué salario esperas?, cuando el salario para estas generaciones está conformado por una combinación de variables (monetarias, motivacionales y emocionales).

Ahora bien, existen preguntas clásicas que -si cambiamos su enfoque- nos van a permitir generar un espacio de apertura para detectar las verdaderas motivaciones. Hablame de vos, ¿Por qué te interesa este trabajo y esta organización?, ¿Cuál es tu mayor fortaleza?, ¿Tu mayor debilidad?, ¿Por qué sos la persona adecuada para este puesto?, ¿Por qué dejaste tu trabajo anterior?, ¿Por qué querés dejar tu trabajo actual?, ¿Cómo manejás las críticas?, ¿Qué aspectos de este trabajo no te parecen atractivos? Hablame de un error que hayas cometido y qué aprendiste. Tu mejor experiencia y tu peor experiencia laboral. En cada respuesta debemos conectar desde las emociones, descartando las recetas obsoletas aprendidas, desaprender y detectar la esencia desde el vínculo que podamos establecer con las y los postulantes.

Las organizaciones con estructuras más antiguas esperan que las nuevas generaciones se adapten a la cultura interna. La solución está en dejar de lado los prejuicios, abrirse a las nuevas generaciones y comprender. Para ello es fundamental entender de dónde vienen, sus necesidades, cuáles son sus motivaciones.

Aprender de los que piensan diferente es una herramienta fundamental para ampliar la visión y plantear metas. Impulsar un modelo de red, basado en la escucha activa y la empatía, comprender las necesidades y abrir al debate en el caso de ser necesario. Es importante democratizar las comunicaciones, dar participación y apertura al consenso.

Para enamorarles necesitamos conocerles. La diferencia está en la perspectiva de cómo ven las cosas y cómo está cambiando esa mentalidad en función de su contexto. Zapatillas, tatuajes y piercings, vacaciones flexibles, sentirse orgullosos de su trabajo, espacios de desarrollo, disfrutar aportando, sentirse mirados, incluidos, definir los horarios, desafíos laborales, nuevas tecnológicas.

Las organizaciones entienden perfectamente el desafío, lo que ocurre es que aún no se sabe cómo abordar la situación en su totalidad. La responsabilidad está en las organizaciones y es por ahí por donde debe comenzar el cambio.