¿Tenés idea del producto que comprás? ¡No te confundas!

Por Estudiantes del 1er año de la TS en Enología e Industria de los Alimentos 2022 (Ind. Lácteas), junto a la Dra. Adriana Giménez

Pensamiento ISTEEC #3
Publicado el 6/6/2022 - Año 1 - Junio de 2022

Como estudiantes de la carrera de Enología e Industrias de los Alimentos del instituto ISTEEC estamos comprometidos con la defensa del consumidor. Queremos contribuir a la educación y evitar que sean engañados con presentaciones de productos que inducen a la compra, normalmente basándose en el menor precio, pero que no contienen el producto que se desea adquirir.

Existe en el mercado una oferta muy variada de productos derivados de la industria láctea reglamentados en el Código Alimentario Argentino(CAA), cuya finalidad es reglamentar las disposiciones higiénico-sanitarias, bromatológicas y de identificación comercial en todo lo concerniente a la industria de los alimentos.

A continuación, en este artículo hablaremos de productos lácteos que inducen a confusión, pero primero citaremos al CAA para dejar en claro ciertas definiciones de productos lácteos:

Art 554 – Con la denominación de Leche sin calificativo alguno, se entiende el producto obtenido por el ordeño total e ininterrumpido, en condiciones de higiene, de la vaca lechera en buen estado de salud y alimentación (…) y sin aditivos de ninguna especie.
Art 576 – Se entiende por Yogur, el producto cuya fermentación se realiza con cultivos protosimbióticos de Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus salivarius subsp. thermophilus (…)
Art 592 – Con el nombre de Dulce de Leche se entiende el producto obtenido por concentración y acción del calor a presión normal o reducida de la leche o leche reconstituida, y adicionado de sacarosa, con o sin adición de otras sustancias alimenticias.
Art 596 – Con el nombre de Manteca se entiende el producto graso obtenido exclusivamente por el batido y amasado, con o sin modificación biológica, de la crema pasteurizada derivada exclusivamente de la leche, por procesos tecnológicamente adecuados. La materia grasa de la manteca deberá estar compuesta exclusivamente de grasa láctea.
Artículo 640 – Con la denominación de Queso Rallado, se entiende el producto obtenido por desintegración mecánica de la pasta de quesos de pasta dura aptos para el consumo (…)

Actualmente han aparecido en góndolas otros productos, de presentación llamativamente similar que no responden a los citados anteriormente, ¿Lo habías notado? Te mostramos:
La Lácteo tiene un producto bajo la marca «Lactis». Un alimento lácteo que, a simple vista, parece leche común pero en realidad es a base de leche (con menos del 40% de leche).
La Suipachense es la marca de un alimento a base de sólidos lácteos que se promociona como una leche chocolatada. A primera vista podríamos creer que se trata de leche larga vida y de leche chocolatada cuando en realidad la etiqueta informa otra cosa:
Lo mismo sucede cuando hablamos de yogurt, un alimento muy consumido por grandes y chicos, el cual también resulta ser confundido con un alimento a base de yogurt por su rotulado o etiquetado.

EL DULCE DE LECHE, OTRO TEMA A TRATAR
Como se aprecia en la imagen la marca Armonía es un producto untable a base de leche que fácilmente puede confundirse con el tradicional dulce de leche. En réplicas del dulce de leche presentadas como «pasta dulce» con sabor a dulce de leche o como «alimento untable a base de leche y azúcar» aparecen ingredientes como «sólidos lácteos», agua, almidón, grasa bovina refinada, agar-agar y colorantes.

¿ES QUESO RALLADO?
Con la reconocida marca La Quesera nos encontramos a este empaque que es bien parecido al del típico queso rallado, pero si prestamos atención en este producto, podemos observar en la parte de arriba que en letras chicas dice «Aderezo a base de queso procesado con Almidón, rallado y deshidratado». En los «rallados» el queso sardo o reggianito se combina con sémola (harina gruesa) y almidón: logran así un aderezo posible de vender.

¿Y ESTE PRODUCTO ES MANTECA?
La respuesta es NO. Es un producto a base de crema de leche y aceite vegetal. Así como esta marca que brinda un producto que fácilmente puede ser confundido con manteca, existen en el mercado muchas otras marcas como Armonía, Fortuna, Manty, SyS que ofrecen el mismo producto, incluso la marca La Serenísima, tiene éste que se comercializa con la leyenda «para cocinar».
En la manteca puede variar su tamaño, forma y color pero no todas lo son: sus envases sólo dicen «producto untable». ¿Con qué hacen el «untable» símil manteca? La crema de leche se mezcla con aceite.

INDUCIR AL ERROR ES UNA ACTITUD DESLEAL
La mayoría de las veces en las góndolas de supermercado se ubican en la misma sección el producto que estamos buscando con los productos que se presentan con un rotulado similar, pero son «a base de…» o «saborizados con…» y ahí es donde caemos en la publicidad engañosa del supermercado y en el etiquetado confuso de producto. En el afán de comparar precio entre marcas o buscar un producto más económico de la misma marca, pasamos por alto la información en letra chica de las etiquetas y caemos en el engaño.

¡OPCIONES SÍ, ENGAÑOS NO!
En 2019 estos productos empezaron a traer polémica, el organismo que controla los alimentos, (ANMAT) aclaró que el Código Alimentario admite la venta de «bebidas lácteas» y sus derivados, pero sólo si al menos el 51% de su contenido es de origen lácteo. Estos «análogos» de la leche no existían y la «bebida láctea» por excelencia era la leche chocolatada, añade Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA).

La ANMAT explicó también que si tienen al menos un 51% de leche pueden ser llamados «bebida a base de leche». Pero los envases no deben sugerir que es leche y tienen que decir «no es sustituto de la leche».

Son más baratos y es fácil confundirlos en la góndola con los originales. Pero según expertos, no nutren igual.

¿QUÉ REVISAR AL COMPRAR?
Es un hecho que, debido a la economía actual, algunas personas, imposibilitadas de comprar productos más caros y de calidad, optan por marcas secundarias del producto deseado sin notar que en realidad optan por productos sucedáneos.

Su precio -hasta 60% menor- llama la atención y, como en las góndolas aparecen entre medio de los lácteos tradicionales, resulta muy fácil confundirlos. Tanto que muchos consumidores recién se enteran de lo que compraron al probar el producto y notarlo extraño: con sabor y textura diferentes, o como si estuviera aguado.

LA LETRA CHICA DEL ENVASE
Lo que lucía como leche común, saborizada o chocolatada en realidad es definido como una «bebida láctea» con leche. Y lo que parecía ser yogur bebible no incluye esa palabra: figura sólo como un «alimento lácteo» o una «bebida láctea fermentada».

Según los expertos en nutrición, los similares a la leche contienen en general materias primas de menor calidad, más azúcar y bastante suero líquido, que surge del sobrante del proceso de elaboración de los quesos. Tienen leche, pero obviamente no alimentan igual que la misma. El menor aporte de proteínas puede llegar a compensarse, por ejemplo, comiendo más huevo, pero sin aporte de calcio. Los posibles efectos de largo plazo de que ese nutriente falte incluyen desde problemas de crecimiento en los chicos hasta osteoporosis en la adultez.

La leche tiene la relación ideal entre calcio y fósforo. Si a esa leche la concentran y luego no la reconstituyen en la proporción correcta, la relación se altera. Y la proteína se rebaja. Con lo cual, ya ninguna de las dos cosas nos sirve.

Hay «bebidas lácteas» símil leche que por cada 10 ml aportan 1,3 gramos de proteínas, contra 3 g de la leche: un tercio. De calcio tienen 85 mg, frente a 115 mg del producto original: un 25% menos, e incluyen menos vitaminas. Pero de carbohidratos tienen 33% más que la leche: 6 g en vez de 4,5.

¿QUÉ CONVIENE COMPRAR Y QUÉ NO?
Se sugiere mirar la tabla nutricional de cada producto y guiarse por este criterio: una «bebida láctea», cada 100 cc, debería aportar al menos 2 g de proteínas y 100 mg de calcio, y no más de 11 o 12 g de carbohidratos. «Si el producto alternativo está más o menos en esos valores y su precio es ‘sensiblemente’ menor, puede valer la pena; en caso contrario, siempre es mejor la leche».

NUESTROS DERECHOS
Los consumidores, tenemos derecho a no ser engañados al comprar. Por la ley nacional 24.240, los autoservicios, dietéticas, súper e hipermercados deben brindar información clara, adecuada y suficiente sobre estos productos.

Si se exhibe en góndola un producto «untable» con forma y rotulado muy similar a una manteca, el comercio no podrá incluir el nombre «manteca», ya que no lo es. Lo mismo pasa con los alimentos bebibles con sabor a fruta, que no son yogures. O con las bebidas a base de almendra, que no son leche de almendra. Lo importante es que la denominación que autoriza la ANMAT sea la que efectivamente se incluya en el producto y que la imagen en el rotulado no confunda a los consumidores. De lo contrario, teniendo en cuenta que los comercios «juntan» a estos alimentos con los originales -y que son más económicos- el combo de engaños será tremendo.

Si querías leche, lo que lleves tiene que decir «leche». Si querías yogur, debería decir «yogur». Si dice «alimento», «bebida» u otra cosa, no lo compres sin consultar antes a tu médico o nutricionista.•

Alumnos: Martín Espinoza – Alexa Ramírez – Sergio Framdlich – Aisha Mirábile – Pamela Alaniz – Carolina Morán – Florencia Maza – Ailén Nicastro.