Yo, nena. YO PRINCESA

Por Cayetana Peltier vda. de Morón

Pensamiento ISTEEC #4
Publicado el 4/7/2022 - Año 1 - Julio de 2022

En el mes del orgullo LGBTIQ+ quiero compartirles esta historia arrolladora. Basada en el libro homónimo de Gabriela Mansilla -el que a su vez es el relato verídico del proceso por el que atraviesa su hija-.

Un matrimonio de clase media, luego de un esperado embarazo, tiene mellizos. En su cumpleaños número 4, uno de ellos le manifiesta a su mamá que se autopercibe nena. En una sentencia que no deja lugar dudas le dice «Yo nena, yo princesa».

A partir de allí, su madre -interpretada por Eleonora Wexler- transita un camino de angustia e impotencia hasta llegar a comprender la situación. Los profesionales le dicen que se trata de un problema que es necesario corregir con mano dura.

Viendo que esos métodos sólo hacían empeorar al niño, se enfrenta a su esposo -con actuación de Juan Palomino- quien se opone terminantemente a cualquier sugerencia que implique aceptar la realidad. De ninguna manera quiere un hijo maricón.

Gabriela -su mamá- se topa con una posible ayuda: quizás se trate de una infancia trans. Quizás no sea algo que necesite ser curado, sino simplemente un proceso en el que debe acompañar a su hija, Luana.

Cuando esta madre comprende la situación, toma postura en la defensa de su hija. Merece los mismos derechos que cualquier otre niñe. Por supuesto que eso traerá consecuencias: grupos religiosos se manifestarán en su casa y el Estado ejercerá la violencia institucional de rigor.

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Como película, como producción, debo decir que no es una gran obra. La narrativa es excesivamente lineal y sin sobresaltos.

Artísticamente nada es digno de mención, excepto la actuación de Wexler que está impecable. Entonces ¿Por qué nos recomendás una película mala, Cayetana?

Estimades lectores, esta historia no puede dejar de ser vista, dejar de ser escuchada. Es que -una vez más- la realidad supera la ficción. La historia de Luana y su mamá es tan potente que resiste cualquier desatino en la dirección o en la técnica del filme.

La palabra que define esta historia es CORAJE. Esta niña se enfrenta a la heteronorma, a los estereotipos, a la discriminación y a la violencia. Todo eso, simplemente por defender su identidad.
Luana fue la primera niña trans en obtener su DNI, conforme su identidad, en 2013. A pesar de que la ley de Identidad de Género (26743) se había sancionado un año antes, el registro civil le negó en primera instancia la solicitud en razón de su edad. Para ese tiempo tenía 6 años.

La historia de Luana y Gabriela conmueve, enseña, empatiza. Refleja a la perfección lo dañinos que son los estereotipos de género basados en un binarismo absurdo (¡Como si toda la humanidad cupiera en dos compartimentos!).

Muy digno de mención es que el papel de Luana está interpretado por otra niña trans, Isabella G. C.
Gabriela Mansilla es hoy una reconocida militante de la defensa de los derechos de las personas travesti – trans. Además ha sido pionera en la visibilización de las infancias trans.

Por Diana Sacayán, Lohana Berkins y por todas las caídas en la lucha por sus derechos, valga este humildísimo artículo.

Y Uds. ¿qué han visto, maratoneado o leído? Let me know.

XOXO.•
CPM