Por Tomás Donato Pensamiento ISTEEC #1 Publicado el 1/4/2022 - Año 1 - Abril de 2022
Hacia 1346 brotó en Europa una epidemia de peste bubónica. Una infección provocada por una bacteria que se propaga por medio de las pulgas de los roedores y que cambió el curso de la historia.
A pesar de las discusiones sobre cuáles son los hitos universales que marcan un cambio de época, la peste negra indudablemente significó un antes y un después en la historia. La población europea se vio diezmada entre el 30% y 50%, principalmente en los años 1346 a 1353. El origen de la peste fue desconocido hasta el siglo XX, lo que alimentó las teorías sobrenaturales.
Para Europa, esta pandemia significó el comienzo del fin de la baja edad media y el puntapié inicial para el Renacimiento. El mundo ya no sería igual.
A principios de los ’90 el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) marcó una nueva pandemia mundial con la que aún convivimos. Irónicamente 30 años no han sido suficientes para hallar la cura -o por lo menos una vacuna-.
Desde 2020 el mundo atraviesa una nueva pandemia, el covid-19. Llegó en un momento de redes sociales, streaming, de dispositivos electrónicos. A pesar de ello, el sistema educativo parecía haberse detenido varias décadas en el pasado. Las nuevas formas y medios de comunicación aún no habían encontrado tierra fértil para florecer en nuevas maneras de enseñar y aprender.
Hoy nos parece de absoluta normalidad que se pueda asistir a una clase a través de Zoom o Meet de forma cotidiana. Si alguien nos hubiera dicho de esto tan sólo a principios de 2020 hubiera sonado descabellado.
Al momento de escribir estas palabras, el covid-19 se ha cobrado más de 5.500.000 de vidas en todo el mundo. Este flagelo definitivamente significará un importante hito en la historia de la humanidad, pero ¿podría significar una Nueva Era? ¿Tendremos habilidad para atravesar la crisis y capitalizar los aprendizajes que nos ha dejado?
Las pandemias no son las únicas tragedias que han provocado giros copernicamos en la historia universal. Ambas guerras mundiales cambiaron la geopolítica para siempre. Podemos ver una luz de esperanza luego de tanta tragedia y angustia. Como reza un mantra masónico «orden del caos».
Quien no aprende de sus errores, está condenado a repetirlos. No basta transitar las crisis, sino que ellas requieren análisis. ¿Qué hace falta para lograr un nuevo «renacimiento» luego del covid-19? Sin lugar a dudas, se requiere un cambio de mentalidad. Resiliencia.
Por ironía -o por fortuna- el zamarrón provocado por la pandemia coincidió con el cambio de autoridades de este Instituto. El rector, la vice y la regente asumieron sus funciones en plena pandemia, en pleno movimiento tectónico. Nuevamente se nos presenta un escenario de esperanza dentro del caos.
La nueva administración ha planteado un gobierno de puertas abiertas, de pluralidad de voces, de modernización y de fortalecimiento institucional. Sin ir más lejos, esta revista es fruto de ello. Lo que nació como una idea delirante, recibió apoyo incondicional y pudo hacerse realidad. Otro producto post-pandemia ha sido la virtualización de las ofertas educativas.
La inercia provocada por el aislamiento obligatorio impuso pensar en una educación autogestiva y asincrónica. Una modalidad que supone una democratización del acceso a la educación, permitiendo compatibilizar el trabajo con el estudio, con las tareas de cuidado de niñes y familiares.
El ISTEEC ya ha puesto en marcha el proceso de cambio hacia un nuevo paradigma de aprendizaje. El rumbo es claro y el paso es firme.
También ha comenzado el proceso de elaboración y aprobación de un nuevo Régimen Académico Institucional, el que será ampliamente discutido por todos los efectores institucionales, sobre todo por las y los estudiantes, principales destinatarios de la normativa que regla sus trayectorias académicas.
Han sido tiempos difíciles, en especial por lo vertiginoso de los cambios. Pero tenemos un solo camino: analizar lo sucedido y capitalizarlos hacia lo positivo.
Al igual que en el final de la baja Edad Media, estamos superando el oscurantismo para dar paso a un renacimiento de ideas y de concepciones. Sopla en el ISTEEC el viento de Céfiro que traerá la primavera.