Por Tomás Donato Pensamiento ISTEEC #4 Publicado el 4/7/2022 - Año 1 - Julio de 2022
El 28 de junio de 1969 en Greenwich Village, New York, policías allanaron el bar Stonewall. ¿El motivo? Cualquier manifestación gay era considerada como desorden. Hostigar a las diversidades era moneda corriente en la época.
Pero esa noche el hartazgo había llegada a un punto de no retorno. Gays, lesbianas, trans y drags resistieron a la violencia policial. Los uniformados tuvieron que refugiarse dentro de Stonewall debido a la inflexible resistencia. Una interesante inversión de roles, ¿Ironía o justicia?
Sí, el origen de este día de conmemoración y lucha es -como demasiadas cosas- de origen estadounidense.
Sin embargo, es una fecha instalada a nivel internacional y cualquier oportunidad de visibilizar el colectivo debe ser aprovechada.
La construcción del orgullo de nuestra identidad sexo-afectiva parte desde la vergüenza. En algún momento la cultura occidental estableció que la familia sólo podía surgir de un matrimonio entre un varón y una mujer. Todo lo que no se ajustara a esa norma sería excluido, negado y motivo para avergonzarse.
Por demasiados años todas las disidencias tuvieron que vivir en la clandestinidad, escondidas y marginadas en el closet. Es que el atrevimiento de querer mostrarse era violentamente castigado.
Visto así, una marcha para mostrar orgullo de nuestra identidad se convierte en un acto político de rebeldía y justicia. Es que mostrar orgullo de aquello que se nos inculcó como equivocado, enfermizo y desviado, es valentía.
Podría pensarse que la discriminación en razón de la identidad sexo-afectiva y de género es una cosa del pasado. Pero, por desgracia, no lo es. Piénsese en el debate legislativo que se desarrolló con motivo del matrimonio igualitario, que sucedió hace apenas 12 años. Los argumentos que escuchamos, tanto en diputados como en senadores, fueron terriblemente ofensivos, prejuiciosos y descalificantes.
Paulatinamente sería tolerable no estar ajustado a la heteronorma, siempre que el comportamiento público sea conforme a lo esperado. Algo como «No importa lo que hagas en tu cama, siempre y cuando parezcas y actúes conforme a lo esperado según tu género».
Mucho se ha hecho, mucho se ha recorrido. Muches han dejado su vida luchando por ser quienes eran a manos del odio, la violencia, la discriminación y la exclusión. Sí, hay mucho para festejar, pero todavía quedan deudas pendientes. Los lugares de toma de decisiones están absolutamente vedados para las diversidades. Todavía no existe una cura para el HIV. Todavía la expectativa de vida de las mujeres trans es de 35 años.
LA MARCHA EN ARGENTINA
El 3 de julio de 1992 se realizó la primer marcha del orgullo en nuestro país. En una fría jornada, en Buenos Aires, Carlos Jáuregui marchó junto con un grupo de personas que portaban máscaras blancas por miedo al estigma y a la violencia.
Con posterioridad la marcha del orgullo en Argentina se trasladó al mes de noviembre. El clima de junio afectaba a quienes enfrentaban estadios avanzados de sida, pandemia que atravesaba un pico terrible.
Se eligió esa fecha en conmemoración de la creación del Grupo Nuestro Mundo, la primer organización que agrupó a disidencias en América Latina en 1967.
LA CONMEMORACIÓN EN MENDOZA
La concentración tuvo lugar en la intersección de calles Garibaldi y San Martín, a partir de las 16.30. La consigna principal «Basta de travesticidios, transfemicidios y de crímenes por expresión de género».
Luego de marchar por las calles mendocinas, el acto principal tuvo lugar en Plaza Independencia.
Uno de los principales reclamos involucró al travesticidio de Melody Barrera, quien fuera asesinada en 2020 a manos de un efectivo de la policía de Mendoza.
El 12 de septiembre se llevará a cabo el primer juicio por jurados en nuestra provincia que juzgará el delito de homicidio agravado por el odio a la expresión de género. El acusado es Darío Cháves y enfrenta una posible pena de reclusión perpetua.
POLÍTICAMENTE CORRECTOS
Los medios y marcas han sido criticados por su oportunismo de mercado y disfrazarse de arcoiris en el mes de junio. Es que suena muy lindo el discurso de ser inclusivo, pero eso no se traduce en acciones concretas ¿Cuántos de sus empleados pertenecen al colectivo?
Esas críticas son totalmente ciertas. Sin embargo creo que algo puede rescatarse de todo esto.
La circunstancia de que para agradar -o para vender más- sea necesario utilizar la bandera arcoiris, y mostrar parejas de la diversidad, significa que un cambio cultural está en marcha. Es que ese oportunismo surge como respuesta al pensamiento colectivo de que ya no es visto con buenos ojos la discriminación hacia estos grupos.•