La novela de las elecciones

Por Tomás Donato

Pensamiento ISTEEC #5
Publicado el 1/8/2022 - Año 1 - Agosto de 2022

El sistema electoral es el brazo operativo de la democracia. Es el que hace posible plasmar la voluntad popular mediante la elección de sus representantes. Es el que responde a la pregunta ¿Cómo se eligen?

Es un tema vital y, muchas veces, no recibe la atención que merece. No basta con concurrir a la mesa de votación y meter el sobre en la urna, sino que es necesario estudiar y comprender su funcionamiento, porque en el sistema electoral reside la legitimidad de las y los elegidos para su función.

Seré más dramático: La democracia es una cuestión de fe en el sistema electoral. Si dudamos de los resultados de una elección, toda legitimidad de los elegidos se desvanece. ¿Quién podría confiar en alguien que ocupa ese lugar en razón de unas elecciones dudosas?

¿La solución sería entonces aceptar cualquier resultado como una verdad incuestionable? De ninguna manera. La responsabilidad está en los candidatos y en las autoridades electorales, porque las normas -las reglas de juego- son, en general, bastante claras. Lo único que resta entonces es tener responsabilidad institucional, aceptar cuando la voluntad popular no nos acompaña y ocupar el importante rol de fuerza opositora.

Cuando el oportunismo nos cega, las instituciones crujen. Manosear las reglas de juego electorales implica quitar credibilidad a los comicios y, por consecuencia, a los que resulten electos. Porque a pesar de que se constate que los resultados son fidedignos, siempre rondará el fantasma del fraude.

Estas tácticas quizás puedan resultar efectivas para obtener una banca determinada, pero el costo que se paga es altísimo. La desconfianza de la ciudadanía/comunidad en que su voluntad será respetada, genera apatía y desinterés en la participación democrática.
Más temprano que tarde, el boomerang que se lanzó nos alcanzará y nos desligitimará cuando nos toque ganar una elección.

PARA MUESTRA, BASTA UNA ELECCIÓN
Luego de los comicios institucionales del 2 de junio, en los que se eligió a los nuevos consejeros directivos, numerosos hechos empañaron el proceso electoral.

La disputa se centró en el claustro de egresados. Luego del recuento definitivo, la Lista Arcoiris obtuvo un total de 6 votos afirmativos válidamente emitidos, la Lista Verde hizo lo propio con 5. De un total de 21 votos emitidos en el claustro, 2 fueron en blanco y 8 nulos. Esos fueron los números que todos -autoridades y fiscales- constataron en la urnas.

Luego, la Junta Electoral emitía su primera resolución -la N°1- que no está fechada, pero fue publicada el 9/6. En escuetas líneas relatan que consideraron una nota de la Lista Verde en la que se solicitaba la impugnación de las mesas de egresados de las sedes Las Heras y Uspallata. El cuerpo resolvería hacer lugar basándose en el art. 77 de la ley 19945 (Código Electoral de la Nación).

La remisión normativa constituía un error, sencillamente porque la norma aplicable era el decreto provincial 530/18.
Con la resolución N°1, los resultados cambiaban para dar por ganadora a la Lista Verde, 5 votos contra 4.

Fechado 16 de junio, el escrutinio «definitivo» proclamaba ganadora a la Lista Verde. La comunidad recién conocería esos resultados el 22/6.

El 17 de junio, la Junta emitiría la resolución N°2 ante el reclamo de la Lista Arcoiris. En esta oportunidad manifestarían que la decisión -del mismo cuerpo- de habilitar la mesa de votación de la sede Uspallata no se ajustaba a derecho por no respetar los plazos del Código Electoral de la Nación. La Junta calificó de ilegal una medida que el mismo cuerpo había tomado con anterioridad, cuando habilitó la mesa de egresados para la sede Uspallata. Hasta aquí seguía ganando la lista Verde.

La resolución N°2 fue publicada el 27/6. Inexplicablemente resolvieron la impugnación de la Lista Arcoiris luego de haber emitido el acta de escrutinio.
La Lista Arcoiris presentó un recurso administrativo contra el escrutinio definitivo. En la urna de Uspallata habían dos votos para la Lista Arcoiris. Allí radicaba toda la disputa, porque computar o no esos votos cambiaba radicalmente el resultado.

El 27/7 -un mes y 25 días después de las elecciones- se publica la resolución N°3 de la Junta Electoral. En un nuevo giro de la historia, decidió hacer lugar a los reclamos de la Lista Arcoiris y rectificar parcialmente el escrutinio definitivo en lo concerniente al claustro egresados.
El argumento principal fue el derecho a voto de los/las Egresados que se presentaron a votar en mesa de Uspallata, y que no hubo mayor contratiempo, ni problemas, ni irregularidades en la conformación de dicha mesa (resolutivo 1).

El resolutivo 2 consagró -por fin- como consejera directiva electa a Liliana González de la Lista N°2 Arcoiris, con 6 votos contra 5 que obtuvo la Lista Verde.•